Pedofilia colombianizante
Ya sé que parece que este blog me vale madres. Es mentira. En realidad me importa tanto que todavía no publico los ocho textos ques permanecen ahí, en el tinglado, y que no han alcanzado estatus de publicables. Lo lamento por eso. Tan sólo es que hoy, es inevitable.
Nuestro flamante presidente Calderón ha discernido una notable estrategia contra el crimen organizado: Limpiemos México. Dicha estrategia se compone de una innumerable cantidad de acciones de las que nadie sabe todavía una chingada, pero bajo las cuales todos vamos a vivir. Una de las primeras consiste en aplicar exámenes antidoping a los niños de primaria y secundaria. Excelente medida para saber de qué la giran sus papás.
No hay problema: Criminalicemos a los estudiantes del sistema básico y semi-superior del país. Al cabo que es importantísimo saber si Eugenio Godínez fuma mota en su casa. Casi tan indispensable como evitar que al mismo Eugenio le toquen sus partes en la iglesia ala que acude, junto a sus padres, cada fin de semana. Es más, a pesar de que que en el D.F. hay más de 450 museos, vamos a llevarnos a Eugenio a vislumbrar como el jefe delegacional de la zona en la que nunca en su vida podrá vivir, por sermás cara de las posibles expectativas económicas que jamás podrá tener, rompe, mazo en mano, un millón de las películas que ni Eugenio ni sus hermanas jamás podrán ver en el cine, ya que, para un padre de familia como los de Eugenio, ir al cine es casi tan caro como comprar la comida que en dos meses consume toda la familia.
O como me preguntaba algún detractor semisarcástico, en el otro blog: ¿Qué acaso la pirateria "es la onda" (sic)? Pues no, no es la onda. Todos quisiéramos vivir en un mundo donde la piratería no tuviera razón de ser. La desgracia es que de la piratería sí viven muchos miles de personas. Y que muchos de los que asiduamente visitan la internet, lo hacen desde un sistema pirata, aun si no lo saben. Y, lo más importante todavía, es que importa un pito la piratería o no la piratería: la realidad es que la ciudad de México tiene más de 400 museos. Y que mirar al totalmente prescindible delegado de la Benito Juárez resulta tanto o más pusilánime -en comparación- frente a cualquiera de los múltiples recintos culturales que esos mismo niños podrían estar visitando.
¿Desde cuándo se volvió más importante ver a nuestro delegado en la Benito Juárez desechando discos piratas que lo que supone ser partícipe de la cultura y de la historia del mundo?
Este no es un asunto partidista. Y no se trata tampoco de si Marcelo o no Marcelo. Marcelo importa un comino. El asunto es acerca de cómo educar a nuestros niños. Y de cómo NO educarlos (lo que es igualmente importante).
No. Está bien. Aplaudamos. Aplaudamos tras nuestro presidente: el mismo que hoy aplaudió el desempeño del góber Mario Marín en Puebla. Sintámonos orgullosos de tener a un pederasta en el gobierno. Y que no lo diga yo: que lo diga el Milenio Diario. Para que no se me nulifique por añadidura lópezobradorista. Ahí está la realidad. Lo que cada quien haga con ella, es su pedo.
http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=525593
Y ya.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home