9/17/2007

Su alteza serenísima....


En pose gallarda, los vástagos de nuestro glorioso patriarca se encaminan hacia una pubertad megalómana, como la que ya vive (y de la que no ha salido) su papi. Sus ojos, todavía inocentes, muestran ya los signos del que se emborracha con el poder de papá, y con toda la gallardía del loco, "pasan revista" a los ejércitos que comanda, junto a claros y oscuros visires, su papito, Don Napolipe Cristerón Encajaesa, príncipe de los desmemoriados, rey de los espots y emperador de la desigualdad social.

Y en la corte, también es encantador ver a los hermanos Hildebrando peinando desde el balcón a nuestras fuerzas armadas. Gente tan fina siempre cerca de las balas y del poder. Hay que estar preparados para cuando los "nacos" se cansen (otra vez).


¿De dónde saldrá toda la gente que, idiotizada, concurre en la plancha y en las calles de la ciudad para aplaudir a un ejército oprobioso, ignorante, abusivo y que ha sido encontrado en tantas y tantas argucias criminales?


¿Y del almirante Saynez, ya no se dice nada? ¿Ya se olvidaron sus supuestos nexos con el narco? ¿Ya las fuerzas armadas son todas una en torno a la figura de nuestro presidente de goma?


Ay, México. Viva el olvido y la desmemoria histórica. Vivan los halcones. Vivan los rambos. Viva la iglesia y la pedofilia. Y viven gracias a ti, que sales a la calle a regalarle tus palmas a la vanagloria de los asesinos, mientras tus hijos, muy lejos de ahí, mueren de hambre y de frío a lo largo y ancho de esta, la (ahora santísima) República de la Simulación.



Snif.

1 Comentarios:

At 12:05 p.m., Anonymous Anónimo interpeló (sin ser asquerosamente correcto)...

no vienes al caso

 

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