6/23/2009

Carta a un amigo anulador

En respuesta a ESTE POST , obra de un buen amigo.


Amiguito:

Me temo que, con toda tu estadística sacada de la manga, no logras argumentar algo congruente. Puedo estar -y estoy- de acuerdo con que los partidos que conforman nuestro panorama político son claramente ineficientes, terriblemente corruptos y absolutamente prescindibles. De eso, a casi ningún votante independiente le queda la menor duda. Sin embargo, en toda tu disertación te olvidas de algo muy importante, y esto es el rehilete de partidos oportunistas que acompañan a las mayorías de PRI, PAN y PRD en el Horripilante Congreso de la Unión.

Pero déjame enumerarte mis retaliaciones, una por una:

1) El voto blanco, de entrada, es carta abierta para que los funcionarios de casilla hagan de él lo que les venga en gana. Así que anular o votar por Mickey Mouse es, de calle, mejor opción.

2) A la estructura de poder que “gobierna” México, le importa un pito la democracia y la representatividad. Prueba de ello es que más del 90% de los diputados uninominales no tiene ningún tipo de vínculo con el distrito que representan, más allá de -cuando se requiere- un acta de nacimiento estatal o algún recibo de luz apócrifo que “comprueba” su domicilio en ese lugar.

3) Dado ese desdén, resulta aún más absurdo favorecer a las minorías y al voto duro con este vulgar “otorgamiento” de la decisión electoral. Es decir: las viles maquinarias electorales aunadas a las mentes más débiles del electorado, en caso de que una mayoría anule su voto, serán las encargadas de perpetuar las estructuras de gobierno, sin que a los partidos les importe un pepino. No, hijo mío, no van a admitir ningún problema por el simple hecho de que uno o dos o cinco millones de personas anulen su voto. Ellos se conformarán con el resto de los imbéciles, y prescindirán de “nuestra” opinión “anulatoria” sin ningún tipo de miramiento que no sea el puramente mediático.

4) Los beneficiarios directos de la anulación, para colmo, terminarán siendo los partidos mirruña: Sí, esos mismos que existen -teóricamente- para el único propósito de dividir el voto indeciso y favorecer el duro. ¿Por qué? Porque el conteo final del IFE no toma en cuenta el voto anulado, blanco o no registrado. Esto quiere decir que si el 50% del electorado anula su voto, el 10% que el “Verde” suele alcanzar se convertirá inmediatamente en un 20% tras hacer a un lado el voto nulo. Y esto, mi querido guachispípiris, implica que obtendrán, para el 2012, el 20% del presupuesto electoral público que el IFE otorga de acuerdo a los votos “legítimos” de la elección anterior. Por ende, querido amigo, le estarás regalando al niño Verde (y a Dante Delgado, de Convergencia, y a Elba Esther Gordillo, del PANAL, etc.) el DOBLE de dinero del que le hubieras dado de no haber anulado tu voto a lo GUEY.

5) Me queda claro que la elección del voto está peor que nunca en estos tiempos. Los partidos hegemónicos son, más claramente que nunca, una masa amorfa de ladronzuelos que juegan a odiarse mientras ordeñan el presupuesto, sexenio tras sexenio. Sin embargo, resulta aún más patético pretender que la no-participación sea una participación significativa y contundente a los ojos de estos ladrones. Invitar a participar vía la no-participación puede ser loable en otro país, o en otro contexto, pero aquí es solamente sintomático de la desidia nacional, y -para colmo- contraproducente frente a las causas que supuestamente ello enarbola. Más facilito: Si votas blanco, o votas nulo, pretendiendo que alguien escuchará ese fallo, reduces todo a lo mediático. Sí: Durante unos meses se hablará de ello en tele y radio. Sí: será un escándalo mayor durante unos días. Pero ¿sabes qué? No cambiará nada en lo absoluto. Los partidos “grandes” dejarán de serlo tantito, mientras que los chicos tendrán más lana que dispendiar, y eso será todo. Luego, en 2012, o incluso mucho antes, la elección volverá a ser tema mediático y el reality show electoral se superpondrá al supuesto “debate democrático” que la anulación pretende generar.

Y claro: Ganará el más guapo. O el más adinerado. O el mejor conectado. O todas las anteriores. Sin que nadie haga énfasis en el voto nulo de la elección intermedia, y sin que se repita entonces. ¿Por qué? Porque un gran porcentaje de los anuladores de hoy, se doblará entonces y acabará por tomar partido frente a la imagen del nuevo caudillo que la tele y demás medios se dedicarán a propagar.

Mientras, el niño verde (a quien acabo de ver hace unos meses dándose sus baños de pueblo junto a 5 guaruras en el “borrego viudo”) tendrá un chingo de lana para vacacionar. Y Kawhagi seguirá lambisconeando a la maestra mientras viaja por el mundo. Y el PAN re-enarbolará sus causas católicas. Y el PRI seducirá al país con Peña Nieto y su Gaviota. Y el PRD jugará a que todo eso “es horribleee” (con tono de Eugenio Derbez).

No amigo. El voto nulo no es la opción. La opción es joderse tantito y votar por el ciudadano que mejor (o menos peor) te parezca. Quien quiera que sea, y quitarle el varo (extra) de las manos a esos adalides del oportunismo. Y luego, si se tienen las bolas suficientes, reunirse y participar en la creación de un verdadero partido ciudadano, libre de corruptos de carrera, y empezar a generar el cambio que -de verdad- le hace falta a este rincón olvidado por la justicia, el progreso y la igualdad de derechos y obligaciones.

Oséase:


No me vengas con mamadas

1 Comentarios:

At 8:42 p.m., Anonymous Jegonzalez interpeló (sin ser asquerosamente correcto)...

Es por mucho la opinión más realista que he leído.

No me cierro en aceptar o ver las posibles buenas intenciones que tiene el movimiento que incita a anular el voto, pero, todo se queda en lo que es: Vil intención (De mostrar el coraje del pueblo hacia los políticos, pero hasta ahí).

Una de las tantas soluciones a nuestro pérfido sistema político, sería crear un nuevo partido, formado por ciudadanos honrados y responsables; pero vamos, suena muy difícil.

Un saludo.

 

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