11/30/2006

La obsesión de los vencidos.

Durante décadas, el grandioso libro de Miguel León Portilla titulado "La Visión de los Vencidos" ha servido como texto fundamental para los estudiantes y estudiosos de la conquista de América, y más aún, de aquellos que buscan entender los mecanismos culturales, económicos y sociológicos de los pueblos conquistados en latinoamérica. Hoy incluso, cuando todos los países de América son, y desde hace mucho, naciones independientes, el susodicho libro sigue marcando pautas y cavando senderos justificatorios o cuando menos explicativos acerca del comportamiento de ésta Latinoamérica actual.

Pero a mí no me atañe más esta "Visión de los Vencidos". Me queda claro el planteamiento de León Portilla y aplaudo el minucioso relato que hace de la conquista de México. Respeto enormemente al gran pensador. Sin embargo, como ciudadano de uno más de estos países sometidos, no creo más en el determinismo conductista que pretende explicar el porqué de nuestros actuales infortunios. Precisamente, si contamos con materiales educativos como los de León Portilla, resulta aún más inexplicable nuestra amnesia, nuestro miedo y nuestro conformismo continental. Ya no es "la visión de los vencidos" la que soslaya nuestra conducta. Estamos frente a una obsesión. La obsesión comodina y justificatoria de América Latina. El verdadero mal. El virus a erradicar.


Es así que inicio este blog con diversos propósitos:

1) Enfatizar cómo es que nuestra Latinoamérica sigue pretendiendo justificar su amnesia histórica, su incapacidad democrática y su servilismo intrasocial, en esta posición victimista que su propia historia le ha adjudicado y con la que muchos hoy se visten cómodamente.

2) Dejar claro como dicha sumisión y dicho servilismo son, hoy por hoy, el predecible resultado de las decisiones políticas y sociales que los propios pueblos latinoamericanos han tomado, y cómo, muy a pesar de los preclaros planteamientos de León Portilla y todos sus sucesores, es la obligatoria e impuesta y conveniente ignorancia colectiva la que mantiene oprimidos a muchos de estos pueblos y poblaciones de América Latina.

3) Desenmascarar a la pseudoderecha latinoamericana y a sus artífices, en pleno ejercicio de la memoria histórica y conciencia social que el grueso de los habitantes latinoamericanos prefieren evadir, o simplemente no tienen los medios para ejecutar. Y de paso, desenmascarar también a la pseudoizquierda.

4) Trasladar mis posturas políticas a un blog exclusivamente dedicado a ellas, para seguir murmurando en paz todas las otras cosas que me atañen.



Y es así que los invito, de ahora en adelante, a encontrarse con estas reflexiones políticas aquí, en este nicho especializado, y no en donde mi vida emocional, racional o simplemente caótica, estén haciendo ruido.


Bienvenidos.